CALABACINES PARA GUARNICIÓN
CALABACINES PARA GUARNICIÓN
El calabacín es una hortaliza perfecta. Lo comes crudo, cocido o a la plancha, sólo o en compañía, relleno, guisado, estofado, frito…
Es ligero, pues se compone fundamentalmente de agua, es diurético y por lo tanto bueno para el riñón, no engorda, sienta bien, alimenta y satisface al paladar.
La forma más sencilla de cocinarlo es quizá esta:
Lo lavamos, secamos y cortamos en ruedas no muy finas, como de ½ centímetro.
Pintamos con una cucharadita de aceite una sartén amplia o una rustidera y distribuimos sobre ella las rodajas.
Las ponemos a fuego medio y las hacemos por ambos lados hasta que las veamos doradas y tiernas.
Acompaña de maravilla cualquier tipo de plato: carne, huevos, pescado, potajes, arroces…
Comentarios
Abrazos.